¿Son el arte y la política compatibles?, ¿Puede una persona encontrar el equilibrio entre ambas y mantenerse íntegro? Paul Schrader encontró en la vida y obra del escritor Yukio Mishima estas preguntas, y la respuesta en su seppuku. Mishima: Una vida en cuatro segmentos narra parte de la vida de Mishima, estando dividida en 4 capítulos, que mezclan pasajes de la vida del escritor con recreaciones de sus libros y escenas de su último día.
Para entender el seppuku de Mishima, Schrader repasa la obra de Mishima y episodios de su vida. Vemos el tránsito del escritor, de una niñez difícil, a su transformación en un joven vano, obsesionado consigo mismo, para luego darse cuenta al errar de camino, y buscar la purificación por medio del seguimiento del Bushido. En sus últimos años, Mishima cree que Japón está en decadencia, que su gente ha perdido los valores tradicionales, por lo que cree que la institución imperial debe recuperar su lugar en la vida japonesa. Esto queda proclamado en Caballos desbocados, pero no era suficiente para Mishima, por lo que intentó el 25 de noviembre de 1970 hacer que las Fuerzas de Auto-Defensa dieran un golpe de estado, secuestrando a un general y dando un discurso a las tropas, el cual fue rechazado. Tras su intento fallido, Mishima realizó el seppuku, su acto más importante, tanto personal como político. De esta manera el escritor fue trascendido por el acto político del seppuku, logrando la armonía entre la pluma y la espada.
La película va del blanco y negro -empleado en la transición de la niñez a la adultez de Mishima- a escenas ricas en colores -la escenificación de las obras- y finalmente al empleo del falso documental para narrar el último día del escritor. Asimismo, el soundtrack compuesto por Philip Glass, con la participación del Kronos Quartet, interactúa con las escenas, con el uso de orquestra y sintetizadores.
Sin duda alguna, el acto final de Mishima fue polémico; sin embargo, Schrader logra darle una interpretación única al verlo en el contexto de su vida y obra. Finalmente hay que comentar que la película ha sido digitalmente remasterizada, lo que permite apreciar de mejor manera su rica paleta de colores.
Para entender el seppuku de Mishima, Schrader repasa la obra de Mishima y episodios de su vida. Vemos el tránsito del escritor, de una niñez difícil, a su transformación en un joven vano, obsesionado consigo mismo, para luego darse cuenta al errar de camino, y buscar la purificación por medio del seguimiento del Bushido. En sus últimos años, Mishima cree que Japón está en decadencia, que su gente ha perdido los valores tradicionales, por lo que cree que la institución imperial debe recuperar su lugar en la vida japonesa. Esto queda proclamado en Caballos desbocados, pero no era suficiente para Mishima, por lo que intentó el 25 de noviembre de 1970 hacer que las Fuerzas de Auto-Defensa dieran un golpe de estado, secuestrando a un general y dando un discurso a las tropas, el cual fue rechazado. Tras su intento fallido, Mishima realizó el seppuku, su acto más importante, tanto personal como político. De esta manera el escritor fue trascendido por el acto político del seppuku, logrando la armonía entre la pluma y la espada.
La película va del blanco y negro -empleado en la transición de la niñez a la adultez de Mishima- a escenas ricas en colores -la escenificación de las obras- y finalmente al empleo del falso documental para narrar el último día del escritor. Asimismo, el soundtrack compuesto por Philip Glass, con la participación del Kronos Quartet, interactúa con las escenas, con el uso de orquestra y sintetizadores.
Sin duda alguna, el acto final de Mishima fue polémico; sin embargo, Schrader logra darle una interpretación única al verlo en el contexto de su vida y obra. Finalmente hay que comentar que la película ha sido digitalmente remasterizada, lo que permite apreciar de mejor manera su rica paleta de colores.
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